Si hay algo por lo que se caracteriza el iPad Pro es por su gran potencia y velocidad a la hora de mover grandes archivos. Eso es posible gracias a su procesador A9X y su sistema de almacenamiento de alta velocidad. Esto unido a sus 4 GB de RAM lo hacen un auténtico matagigantes.
¿Pero cómo de potente es el iPad Pro? En iDownloadBlog se han atrevido a ponerlo cara a cara con un MacBook Pro tope de gama de 2013, con procesador Intel i7 a 2,3 GHz y 16 GB de RAM. En ambos dispositivos se ponen a exportar el mismo vídeo en 4K a través de iMovie, con los mismos ajustes.
Podríamos pensar que es un equipo lacrado por el rendimiento de su Intel Iris Pro, pero para nada, en verdad es un ordenador al que pocos hacen sombra aún dos años después. El problema es que el iPad Pro es demasiado potente para ser una tablet; bueno, si a eso lo podemos considerar problema.
Ambos acaban casi a la vez. Así que poniendo esto en perspectiva, y viendo la evolución de potencia de los chip diseñador por Apple, podríamos ver un iPad Pro que sea más rápido que el MacBook Pro en cuestión de años, como Intel no se ponga las pilas.
El problema que plantea el iPad Pro es su flujo de trabajo, que se convierte en un cuello de botella si queremos ser realmente rápidos haciendo las cosas. Según cuenta quien hizo el experimento, le costó más tiempo pasar el vídeo al iPad Pro debido a que el adaptador de tarjetas SD es USB 2.0 y hace más lentas las transferencias que en un adaptador USB 3.0 al uso para Mac.
También faltan las apps profesionales de Apple, como Final Cut Pro X y Logic Pro. iMovie o GarageBand están muy bien para el iPad Air o el iPad mini, para usos domésticos. Pero si Apple quiere potenciar las capacidades profesionales del iPad Pro, deben de ser los primeros que prediquen con el ejemplo.
