Si algo tienen nuestros equipos Mac es la posibilidad de personalizarlos hasta el extremo. Si bien en todos los artículos e imágenes que vemos de ellos, su configuración y apariencia es similar, la realidad es que cada usuario los organiza, configura y prepara a su gusto para trabajar de la forma más cómoda y con la apariencia deseada.
Existen usuarios con determinadas manías y para todos los gustos, unos preferimos tener el escritorio perfectamente limpio y otros por el contrario quieren tener todo ahí. La situación del Dock es sin duda, otra de las cuestiones al gusto de cada uno. Está diseñado, a modo de barra de tareas de nuestro antiguo Windows, para tener acceso de forma rápida a aquellas aplicaciones que usamos con más frecuencia, casi a diario, y que no queremos tener que andar buscando en la carpeta de aplicaciones. Pero, ¿que tenemos en el Dock?
La imagen anterior os muestra el mío, como veis no está especialmente cargado de elementos, yo pertenezco al grupo de los que optan por escritorios limpios y un Dock aligerado.
Dos de los elementos que están en él y que no pueden faltar en nuestro Dock son: iCal y el monitor de actividad.
El primero pertenece a las aplicaciones más básicas de nuestro equipo. El nuevo iCloud ha venido a dar una vuelta de tuerca al asunto mejorando su ultilidad. Es sin duda la mejor opción para estar perfectamente organizados y sincronizados
A parte de poder cargar en iCal cuentas de GMail, con iCloud tendremos sincronizados inmediatamente nuestros calendarios de iPhone, MacBook Air (o el portátil que uséis) y iMac. Y eso lo hagamos en el dispositivo que lo hagamos. Así mismo si el cambio o modificación lo hacemos en un dispositivo que no es Mac pero que dispone de un calendario de GMail (en un dispositivo Android o en la propia web de GMail) iCal también se modificará de inmediato. Ya no tendremos que esperar más para llegar a casa o al trabajo para sincronizar nuestro iPhone y así tener al día nuestra lista de tareas, recordatorios… etc. iCal tiene una interfaz amable, sencilla y sobre todo muy intuitiva. Muestra contenidos por días, semanas, meses e incluso años. Dispone de un sistema de avisos emergentes y se integra a la perfección con el Centro de Notificaciones de nuestro iOS 5.
En segundo lugar, y creo firmemente que debido a mi condición de Switcher considero necesario tener en el Dock el monitor de actividad. En esta utilidad podemos ver qué procesos tenemos activos, cuanta memoria está utilizando nuestro dispositivo para cada uno de esos proceso, la actividad del disco duro, el uso del mismo y el de la red. Por defecto se nos abre por la pestaña de la CPU. Podremos hacer muestreos de su funcionamiento y seguimiento de ello. ¿Cual es la utilidad real de el monitor de actividad para un Switcher?.
Si somos usuarios poco experimentados difícilmente podremos saber qué rentabilidad darle a esta utilidad. En este caso yo os lo recomiendo para la ”hipotética” posibilidad de que un programa se os quede colgado (en Windows es mucho más habitual). Si un programa no responde en Mac, la mayoría de las veces será por una instalación defectuosa o de procedencia sospechosa, por una sobrecarga de aplicaciones abiertas, sin siquiera darnos cuenta o por algún error en la configuración de la misma. La solución es bien sencilla: Solo tenemos que abrir el monitor de actividad, buscar el proceso que nos tiene ralentizada la máquina o que no funciona de forma correcta, pulsar sobre él y arriba a la izquierda, sobre el botón rojo: forzar salida. No so preocupéis por hacerlo de forma equivocada: os preguntará antes de ejecutar la orden y si aún así hemos cerrado la aplicación que no es, bastará con volver a arrancarla. Empezad a olvidar aquello de reiniciar cada vez que tengáis un problema. Estamos en Mac.
Seguro que no es una de las utilidades que se abre con demasiada frecuencia, en múltiples ocasiones ya hemos hablado de la estabilidad tanto de los sistemas Macintosh, como de sus programas, pero sobre todo al comienzo es adecuado tenerla bien visible y saber que funcionalidad puede darnos. En nuestro afán investigador por conocer más a fondo nuestro nuevo ordenador, seguro que en alguna ocasión abrimos montones y montones de pantallas, aplicaciones y programas, consumiendo recursos que harán que nuestra máquina no vaya tan fina como debiese. Después no sabremos ni tan siquiera qué es lo que tenemos abierto o en segundo plano. Con el monitor de actividad sabremos que es lo que se está comiendo nuestra memoria y podremos solventarlo con un solo clic.
Recuerda que para tener en el Dock una aplicación sólo has de localizarla en la carpeta aplicaciones o utilidades y arrastrarla hasta él y cuando no quieras seguir teniéndola allí es tan fácil como arrastrarla al escritorio, de un plumazo y dejando tras de sí una estela de polvo…desaparecerá, sin más.
¿Y tú? ¿Qué aplicaciones consideras imprescindibles en el Dock? ¿Cómo tienes configurado el tuyo? Cuéntanos tu experiencia.
Ya sabes que Applesencia lo hacemos entre todos.