Un día cualquiera con mi iPad | Jose Antonio Carmona

El iPad es el único dispositivo Apple, al menos en lo referido a la gama smartphone y tablet, que aún queda en mis manos. Y es que tras cansarme de mi iPhone y su estancamiento, pese a usar el Jailbreak, solo el iPad me hace recordar lo bueno que en su día experimenté con la marca de la manzana mordida. Tras adquirir el primer modelo de iPad, no lo dude ni un instante y pase por caja para comprar el segundo, en este caso el modelo de 64 GB y 3G, pues intuía que me iba a acompañar durante bastante tiempo. Ahora somos grandes amigos y este es el día a día de nuestra convivencia. Así es mi día junto a mi iPad.

Cuando sale el sol

Situado para hacerme compañía en la mesa junto a la cama, al despertar, durante los primeros minutos que tengo de somnolencia, aprovecho para conectarme al Wi-Fi y ponerme al día en un vistazo rápido a mis cuentas de correo, ya sea usando la aplicación oficial de Gmail o la que viene predefinida. Aún uso la versión de iOS 5.0.1, pero antes de que me regañéis quiero justificarlo. Como usuario de Jailbreak, he conseguido un equilibrio entre funcionalidad y personalización increíble, sin que las nuevas versiones de iOS me hayan hecho cambiar de opinión para actualizar. Quizás ahora que se acerca el Jailbreak para iOS 6.1 me decida.

Una vez puesto al día, mientras me preparo y me arreglo, suelo usarlo junto a una base Bang & Olufsen para escuchar Spotify o la música que tengo almacenada mientras me muevo de un lado a otro del piso. Los días que no tengo que ir a impartir alguna clase y me topo con la dura realidad de 6 millones de personas en este país, no hago un uso muy intensivo, pues el ordenador pasa a ser mi compañero de fatigas a la hora de escribir y publicar artículos.

En caso contrario, si he de acudir a dar alguna clase, el iPad viaja a mi mochila junto con mis inseparables Beats Audio Tour. Granada es una ciudad pequeña y se puede ir a cualquier sitio andando. Si por algún motivo he de usar el transporte público, el iPad se transforma en una gran herramienta para ir poniéndome al día con Reeder o Currents, mis lectores de RSS favoritos. Lo malo, es que los trayectos no son muy largos y como no puedo leer todo lo que quisiera termino haciendo un uso intensivo de Instapaper. Entre medias, Twitter, Google + y Facebook son rutinas diarias que me ocupan más tiempo del deseado.

Antes del almuerzo y durante el café de sobremesa

A mediodía, cuando tras el almuerzo, el señor morfeo aparece para intentar secuestrarme, el iPad se convierte en un eficaz aliado, al permitirme ver algún capítulo de las series que sigo o en su caso una película, aunque esto me gusta menos, pues requiere más tiempo. Para este fin uso alguna cualquiera de las aplicaciones de vídeo que ya tratamos en su momento.

Durante la tarde, como suelo estar ocupado, dejo el ipad descansar un rato, salvo los días que voy a correr, en los que antes echo un vistazo a las estadísticas que llevo en Runtastic para comprobar mis progresos y planificar la ruta. En ese caso ya no nos volvemos a ver hasta la noche.

Acompañado con las estrellas

Y llega la hora en que el sol se oculta y la luna nos acompaña. Aunque es un periodo en que el ordenador me acompaña casi a diario, el iPad siempre tiene un hueco al final, antes de acostarme. Echar un vistazo en Instagram y terminar las noticias pendiente de Reeder e Instapaper son una constante muchas de las noches, ya sea en el ipad o en algunos de los androides que pululan por casa.

Con la gran batería de la que hace gala la maquina de Apple, el estar alejado de un enchufe no es problema alguno, pues la carga puede aguantar perfectamente 4 días sin llegar a pasar apuros, por lo que no me supone preocupación alguna.

Conclusión

Se trata de una compra cara, no se puede negar, pero es uno de los mejores productos que he tenido. Solo la nueva generación de tablet Nexus de 10 pulgadas me han hecho dudar y mucho, pero por ahora le sigo siendo fiel al iPad. Y mucho más cuando ya tenemos una versión de 128 GB, algo que en mi caso siempre me ha parecido fundamental, debido a la cantidad de música y fotos que llevo encima.