Cada día que pasa es un día menos para que tengamos el esperado reloj inteligente de Apple, el Apple Watch, en las estanterías de las Apple Store. A un mes de que su salida al mercado se produzca, y conociendo ya casi todos los detalles de este smartwatch, excepto aquellos que solo conoceremos a partir de la experiencia de uso con el mismo, es hora de reflexionar sobre lo que supone el Apple Watch, considerándolo como algo que va mucho más allá de un dispositivo electrónico o de un simple reloj.
El Apple Watch no puede concebirse ni como un gadget al uso, ni como un reloj normal y corriente. El Apple Watch es el primer reloj inteligente que podemos catalogar como la evolución lógica de los relojes y a la misma vez, como la evolución lógica de los dispositivos electrónicos. Se trata, por tanto, del primer paso hacia los relojes del futuro, que además de la hora y el día, nos proporcionarán muchísima más información y nos permitirán tener capacidad de acción con su uso.
Como decíamos, además de la evolución natural del reloj, el Apple Watch es también la evolución natural de los dispositivos electrónicos, o al menos, uno de los caminos por donde podrían ir evolucionando los mismos. Al igual que el uso del móvil hizo que una generación entera diera de lado al reloj, ya que dejaba de ser necesario, el Apple Watch hará que el uso del móvil pueda reducirse considerablemente, y quién sabe si en el futuro, el Apple Watch será totalmente autónomo y se convertirá en una suerte de emblema de Apple como lo es hoy el iPhone.
Ser la primera versión del que podría ser el dispositivo del futuro, a semejanza de lo que es hoy el iPhone, va a conseguir en primer lugar y con efectos inmediatos, que aquellos que se decidieron por abandonar el uso del reloj debido a que el móvil les resultaba más cómodo y cumplía perfectamente con la función de conocer la hora y la fecha, pasen de nuevo a llevar relojes o al menos, vuelvan a pensar en los mismos como dispositivos ahora sí, útiles.
Esto último también se debe a que a diferencia del resto de compañías, Apple no se ha aventurado a ser la primera en lanzar un reloj al mercado, si no que ha esperado, madurado su concepto de reloj electrónico, observado lo que el usuario necesitaba para que el dispositivo no fuera simplemente un gadget más, y finalmente, ha conseguido lo que es el iPhone a día de hoy, el auténtico emblema de toda una categoría de dispositivos, volviéndose a colocar con uno de sus productos, en una situación de ventaja en el mercado.
La conclusión que sacamos es que al final, Apple va a conseguir lo que el resto de compañías que han sacado al mercado sus relojes inteligentes, no han conseguido, y es que, en primer lugar, aquellos que abandonaron la idea de usar un reloj, vuelvan a hacerlo con el Apple Watch, y en segundo, que cuando nos dispongamos a adquirir un reloj los que ya usamos uno, contemplemos, como mínimo, la posibilidad de hacernos con el de Apple.
