Imaginemos que vamos a un restaurante, donde un profesional prepara un plato que degustamos, una bebida y un postre. Todo nos lo sirve otro profesional. Terminamos, nos levantamos y nos vamos sin pagar. ¿Es absurdo, verdad? Ahora imaginemos que tenemos a una guapa señorita y/o apuesto caballero, en una gran superficie, regalando trozos de la última variedad de chocolate. Nos ofrece y regala un trozo. ¡Qué bueno está! Pedimos otro y gustosamente nos lo da. Delicioso. Quiero más. Cojo la tableta completa y me la llevo, pero sin pagar en caja… total, me lo han dado a probar gratis, ¿no?
¿Qué pensaríamos si de pronto vemos una noticia en prensa donde leemos que la empresa de chocolates despide gente porque no paga los salarios? Enseguida culparíamos al empresario, seguro. Pero, ¿de dónde sale el sueldo de los empleados del restaurante o de la fábrica de chocolates? De que nosotros compremos: sale de nuestro dinero. Sale de nuestra voluntad de consumir el producto y/o servicio que ofrecen, pagar lo que vale y crear un ciclo económico. Creo que estos conceptos los tenemos perfectamente claros aplicados a “la vida real” y con cosas tangibles.
Entonces, ¿por qué no aplicamos esta lógica en la vida digital? ¿por qué no pensamos lo mismo si los bienes son intangibles, como una app o juego? ¿Tiene sentido comprar un iPhone 6 de 700 euros o un iPad Air 2 de 500 euros y luego no querer pagar por apps o juegos que vamos a usar regularmente o que nos van a aportar una productividad o entretenimiento especial? Sí, es cierto que tal vez podamos pagar por un juego y que luego sea un rollo.
Pero prefiero pagar 2 euros por un juego que no me gusta y borrarlo que ir al cine a ver una película que resulta malísima (lo que sucede últimamente con demasiada frecuencia) tras haber desembolsado 8-10 euros no reembolsables. O ir a un restaurante que no me ha gustado nada, pero que me va a costar los 15-20 euros por persona (como poco). ¿Por qué separamos de esta forma vida real y vida digital?
El caso Monument Valley
“Monument Valley” es un juego que traspasa dicha definición como tal: es una auténtica Obra de Arte, con un cuidado, un mimo por el detalle, la estética, el acabado, la ambientación, la sutilidad y el buen hacer. Un juego por el que merece la pena por sí solo pagar más de 10 euros, a pesar de su limitada duración. Es como un plato de alta cocina donde lo que importa no es el tamaño o la cantidad sino el sabor, la experiencia, la presentación u originalidad.
Un juego que Apple enseguida promocionó y destacó en su tienda, al que le ha concedido un Apple Design Award este 2014 y que ha superado el millón de ventas, a pesar de ser un juego a precio cerrado. Y ahora, tras meses de peticiones, y por solo 1,79 euros, podemos comprar un nuevo pack de niveles que van más allá en su cuidado y realización. Un regalo para pagar con los ojos cerrados. Menos de lo que pagaríamos por una cerveza efímera, un refresco…
Pero he aquí que el juego ha bajado escandalosamente su clasificación por la cantidad de puntuaciones de una estrella concedidas porque “hay que volver a pagar”. La gente de Touch Arcade, la más importante página de reviews de juegos para plataformas móviles, ha publicado un artículo al respecto cuyo título no deja lugar a dudas: “Por esta razón no tenemos cosas buenas: inundan de reviews de una estrella Monument Valley tras la publicación de su expansión de pago”.
Haciendo uso de una frase hecha muy usada en la cultura americana, dejan claro por qué entre tantos millones de apps o juegos, solo unos pocos destacan o son verdaderamente productos buenos, en proporción: porque la gente no entiende que un trabajo hay que pagarlo. Porque no entiende que para hacer una buena app o un juego hace falta mucha gente y muchos meses de trabajo. Un producto que de verdad destaque y sea especial.
“Monument Valley” es el resultado de un equipo de desarrolladores, grafistas e ilustradores, diseñadores, músicos, encargados de sonido, responsables de marketing… todo desarrollado con el middleware Unity3D para plataformas iOS y Android, que supuso más de 10 meses de trabajo de un equipo de decenas de personas. El juego fue lanzado en abril de 2014 y en noviembre (7 meses después), el mismo equipo ha desarrollado una expansión que no es simplemente poner más material y punto. Requiere la programación de cada mecánica, pruebas, diseño, horas de trabajo y retoque… Un trabajo de varios meses. ¿Nos gustaría pensar que no vamos a cobrar por este trabajo de meses si fuéramos uno de estos profesionales?
¿Quién en su sano juicio invertiría en meses de trabajo de un equipo cualificado para saber que luego por pedir 2 euros por su trabajo, nadie lo compraría? Nadie o solo unos pocos locos de los cuales solo unos poquísimos de ellos consiguen el éxito gracias al apoyo de muchos que sí apoyan estas cosas y que prefieren mil veces un precio cerrado por algo de calidad como “Monument Valley”, “Threes!”, “Device 6”, “Leo’s Fortune”, “Oceanhorn” o “Blek”.
El Free to Play
Hay un problema cultural, de percepción, de valoración de un trabajo que no entendemos o comprendemos. Un juego o una app no se hace sola o se crea con un simple asistente al que damos dos botones. Una app o un juego de calidad requieren de meses de trabajo de mucha gente. Tiempo, esfuerzo y sacrificio con la idea no tan absurda, de ganarse la vida con su trabajo. ¿Para qué pongo un quiosco si no es para vender y ganarme la vida? ¿Un restaurante? ¿Un bar? ¿Una panadería? ¿Una librería? ¿Para qué nos levantamos cada mañana a ir a trabajar? Para ganarnos la vida cobrando un salario, ¿no? Es así de simple. Pero parece que no nos damos cuenta.
Y un gran culpable de esta extraña percepción son los juegos freemium. Juegos en los que pasamos horas y que nos ponen la miel de los micropagos para avanzar. Modelos como League of Legends, Candy Crush Saga o muchos más, funcionan a base de acumular millones de jugadores donde un pequeño porcentaje de estos paga por conseguir ventajas o avanzar más rápidamente. Y eso ha hecho que la gente tenga la falsa percepción que los juegos tienen que ser gratis. Percepción que como vemos en la gráfica bajo estas líneas, viene de un 83% de apps freemium que generan un 92% del beneficio total de la App Store.
Estos juegos tienen su modelo de negocio, que les funciona mejor o peor (según el caso), pero al final crean un ecosistema que persigue ganar dinero para pagar a la gente que trabaja para ellos y sacar un beneficio. No podemos perder la perspectiva que aquello que jugamos no tiene un coste, un esfuerzo y una meta: muchos meses de trabajo para generar dinero y hacer rentable un producto. Como si ponemos publicidad en nuestro juego gratuito para que, a través de millones de impresiones y micropagos, hagamos rentable el mismo. Todo tiene una meta: generar dinero con un producto para rentabilizarlo. Si no, las empresas cierran, los empleados van a la calle, los empresarios a la ruina y al final, cuando cada vez haya menos juegos o apps de calidad, nos preguntaremos qué habrá pasado.
Solo hay que echar un vistazo al vídeo sobre estas líneas: un sencillo ejemplo de lo que es hacer un juego, el mismo “Monument Valley” en este caso. La cosa es muy simple: que quien hace juegos o apps son profesionales y trabajadores y que ellos también (como cualquier persona de este mundo), persiguen y tienen el derecho a poder ganarse la vida con su trabajo. Algunos lo lograrán, otros no. Pero el derecho a tener esa oportunidad es la que todos tenemos o deberíamos tener.
En el caso de Monument Valley la actualización debería ser gratuita, por que el juego vale 3,60 (que no es de los baratos) y te lo pasas en menos de 1hora, yo tarde 30 min en pasármelo todo, pagar 3,60 por 30 min de diversión me parece caro.
Por otro lado, yo siempre prefiero pagar por el juego que que sea freetoplay.
También creo que las empresas deberían tener un mínimo de mantenimiento en sus juegos, como por ejemplo tener el play games puesto.
En conclusión, los usuarios abusamos y nos cuesta pagar, pero los desarrolladores también se intentan aprovechar.
Es una forma interesante de verlo. En mi opinión, como ya he expresado en el artículo, pagar 3,59€ por disfrutar de la experiencia del juego, que invita a probarlo varias veces, merece la pena. Además, yo no fui tan ducho y tardé algo más en pasarlo. Un par de cañas con los amigos me duran bastante menos y también las disfruto. O el menú de 10€ que tardo 30 minutos en comerme. Es cuestión de perspectiva a mi modo de ver, pero aun así respeto que entiendas que en este caso hacer el update gratuito hubiera sido mejor. Y no te engaño: a mi también me hubiera gustado que fuera gratis, pero siendo 1,79€ lo pagué con gusto y entendí que merecía la pena pagar el trabajo.
Gracias por tu interesante opinión
Lo de la caña no es comparable, por que el gasto de vender el juego, no es proporcional al de vender la caña, (hablo sin saber, pero me imagino) una caña tiene de coste 0.50€ si la vendes a 1€ te ganas 0.50€, distribuir el juego vale 0,36€ (un 10% del precio de venta, no se lo que cobra google) te ganas por venta del juego 3,24. Sin contar que el mercado de el juego es todo el mundo y el de vender la caña es de tu barrio.
También digo que hacer un videojuego lleva mas faena que poner una caña y que aprender a poner una caña es mucho mas fácil que aprender a programar un videojuego, y prefiero pagar los 3,60€ por 30 min que jugar al “Cut the rope -Time Travel” y tragarme un anuncio cada minuto.
Evidentemente hablamos de diferentes productos, pero en el caso de Monument Valley lo veo más como la diferencia de cuando vas al Burguer King y pagas una bebida con Refill, para llenar las veces que quieras, o (el modelo elegido por ustwo para su juego) el que si voy a un bar y pido un café, eso no me da derecho a que me “rellenen” la taza con otro, sino que he de pagar por otro nuevo.
Y coincido contigo, es infinitamente mejor jugar a un juego y disfrutarlo a que te muestre publicidad cada poco por el hecho de “ser gratis”.
Un saludo y gracias por tus opiniones.
Me hace gracia leer eso de pagar por un juego o una app o mejor aún ver una película mala en el cine …. La solución a una película mala es … No pagarla y verla en casa. Y eso de pagar por la app …. Que tu t crees k los 20mil post de publicidad k t ponen y t tienes que comer no les pagan. Me hace gracia que se exija que paguemos mejor los trabajos digitales cuando no están bien pagados ni los de toda la vida. Pues si tngo que elegir prefiero no pagar ni 2euros por una app k no m guste para luego borrarla porque mi inteligencia no m permite gastarme 8 euros en una película para k sea mala cuando puedes verla gratis y en tu casa. Y lo bueno que tiene ir a un restaurante que no t gusta es k con una vez que vayas puedes dejar de ir. Arreglemos las cosas que hay k arreglar primero y cuando todos disfrutemos de una economía buena y estable entonces quejate por este tipo de injusticia.
Aclárame, por favor, en qué parte se pagan mejor los trabajos digitales cuando no se quieren pagar 2€ que sí se pagan por muchas otras cosas. ¿Quieres que arreglemos la economía? Apuesta por empezar a pagar por servicios y productos digitales igual que haces por físicos, y verás como multitud de empresas de nuevas tecnologías crean riqueza, empleo, bienestar… Mira Estados Unidos, la economía se sostiene en gran medida por empresas de nuevas tecnologías. No confundas la elección de no consumir algo por decisión propia con pensar que el trabajo de los demás no requiere un salario. Es un problema muy grave que la sociedad tendría que resolver, como muchos artistas que pasan de cobrar por tocar en un local a que parezca que les hacen un favor y los promocionan y por lo tanto tienen que hacerlo gratis. Todo el trabajo, todo, requiere un respeto y una remuneración por el mismo (al menos, el derecho a poder tenerlo). Eso, en mi opinión, es un problema importante a resolver para salir del hoyo donde estamos.
Un saludo y gracias por tu opinión.
Repetido!!!
https://applesencia.com/2014/07/la-frustracion-que-los-usuarios-no-quieren-pagar-por-nada-en-el-movil-o-tableta
Y además por el mismo autor 😀
El primer párrafo de la sección “free to play” de este artículo es una auténtica bofetada de realidad. Sigo pensando igual, todo lo relacionado con el mundo de la informática, por hablar de manera global (programación, desarrollo de aplicaciones, juegos, hardware etc), esta tremendamente infravalorado.
Y sigo pensando igual que en el artículo anterior, a la gente la falta conocer el gran camino que hay desde que se tiene una idea hasta que aparecen los resultados finales. Muchas horas, y en bastantes ocasiones, años de contínua actualización de conocimientos (vamos, el reciclaje de toda la vida). Y al final se llevan un producto que no pueden cuantificar: no pesa, no se come, no se toca….e incluso muchas veces es efímero. Luego, para nuestra desgracia, no vale nada. Eso si, a la hora de salir de tapas o cañas, no hay ningún problema en soltar la pasta, pese a que en unas horas terminaran en el río.
Me alegro Pableras que sigas de acuerdo y creo que tu punto de vista es muy acertado. Obviamente. Y siendo justos, sí, el artículo del mes de julio tiene conclusiones y argumentos similares, aunque variaba el contexto de la noticia: en aquel momento era el inminente lanzamiento de “The Banner Saga” y cómo la gente de Stoic hablaban sobre el problema del pago. El de ahora es el problema de Monument Valley y su drástica bajada en valoración solo por el hecho de cobrar por la actualización. Ambos: problema de no pagar. No está mal recordarlo de vez en cuando a muchos 🙂
Un saludo y gracias de nuevo por comentar
[…] veces ocurre que compramos aplicaciones o juegos que debemos de borrar, ya sea por falta de uso, porque usamos otros en su lugar o porque tenemos […]
[…] algo más por determinadas funciones. Sin duda alguna, hay cabida para los dos, cada modelo con sus ventajas y desventajas. ¿Y tú que prefieres?, ¿pagar y disfrutar de una aplicación íntegramente u obtenerla […]
[…] algo más por determinadas funciones. Sin duda alguna, hay cabida para los dos, cada modelo con sus ventajas y desventajas. ¿Y tú que prefieres?, ¿pagar y disfrutar de una aplicación íntegramente u obtenerla […]