Una semana con Windows 8: Lo que no me ha gustado

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Aquí está la segunda entrega de mi pequeño experimento, donde he decidido hacer mi vida normal delante del ordenador prescindiendo de OS X y sin encender mi MacBook, para así probar Windows 8 en todo su esplendor. Hoy te voy a contar lo que menos me ha gustado del nuevo Windows 8, así como los aspectos más negativos y que hacen que Windows por mucho que lo vistan, sigue siendo Windows.

Imagen de Windows 8

Hoy seguimos con el especial que comenzamos el pasado sábado donde os cuento mi experiencia de una semana de uso con Windows 8. Lo primero que vimos fueron las primeras buenas impresiones, lo más positivo del nuevo sistema operativo de Redmond y en general todo lo que hace grande a Windows 8.

Hoy cambiamos de palo y toca hablar de las cosas malas, lo que no me gusta. Por desgracia esta lista es bastante más grande, y es que hay bastantes cosas negativas que Windows sigue arrastrando después de años, a pesar de que Windows 8 sea un cambio radical del concepto. También hablaré de las cosas que no me han gustado nada de la nueva interfaz Metro. Sin más os expongo mi lista de motivos:

Problema con los drivers

Los problemas con los drivers

Esa ventaja que te ofrece un Mac que nada más sacarlo de la caja, o recién instalado OS X ya funciona todo, con Windows sigue siendo una pesadilla. Si nos compramos un ordenador vendrá con decenas de aplicaciones basura que jamás usaremos y que solo se encargarán de consumir recursos haciendo nuestro ordenador más lento con el paso del tiempo.

Por cosas así me tiré una mañana entera intentando configurar correctamente la tarjeta Wi-Fi, que aparentemente se conectaba a la red inalámbrica y conseguía una señal óptima, pero mi velocidad de internet no pasaba de los 6 KB/s. Algo extraño pasaba, hasta que me di cuenta que tenía que usar los drivers del fabricante en vez de los de Windows. ¿Por qué? Yo en Mac estoy acostumbrado al enchufar y listo. ¿O debería decir mal acostumbrado?

Renderizado de las fuentes

Comparación en el renderizado de fuentes de Windows y OS X

Es algo de lo que hablamos largo y tendido en un artículo hace tiempo, y que esta vez me lo he encontrado de cara, ya que sólo podía usar Windows. Realmente la calidad del renderizado de fuentes en OS X es muy muy superior, en el mismo monitor las diferencias son abismales, y eres incapaz de entender cómo un sistema operativo de 2012 renderiza las fuentes aún como Windows XP. Por suerte, con el paso del tiempo te vas acostumbrando, pero el salto es bastante dramático.

Lo peor de la interfaz Metro

Interfaz Metro

Aunque Metro en las demostraciones que vemos en los anuncios es la panacea, a la hora de enfrentarnos a él en un uso real es bastante pobre, y estas son mis razones de queja:

Es una interfaz inmadura: es lo primero de lo que nos damos cuenta cuando usamos Metro por primera vez. A las aplicaciones les faltan cosas, parecen una versión inacabada, y ese afán por hacerlo todo simple, resta potencia por doquier, lo que jamás permitirá que aplicaciones profesionales puedan adaptarse a una interfaz así. Por ejemplo, ¿alguien puede entender que la aplicación de Correo del sistema no permita archivar un mensaje?

Es imposible usar Metro el 100% del tiempo: sus opciones son tan limitadas y aún faltan tantas aplicaciones adaptadas a Metro que no podemos usarlo todo el tiempo. Mi experiencia real es que me pasaba el día en el escritorio clásico y sólo salía a Metro para consultar cosas sencillas, como el correo o el Twitter. Lo peor es que usar aplicaciones Metro te limita mucho, no merece la pena usar por ejemplo Evernote en Metro, ya que su versión para escritorio clásico es muy superior. Estamos ante aplicaciones de juguete.

Metro ocupa mucho espacio: el problema de trabajar en Metro es que tienes que trabajar a pantalla completa, por lo que solo puedes tener tres apps a la vez. En una tablet para el anuncio de Surface vs iPad tiene mejor pinta, pero en un ordenador con un monitor de 23 pulgadas se pierde espacio por todos lados. Y es que mi sensación sigue siendo que Metro una vez esté acabado será mejor que iOS en tablets, pero hoy por hoy está en pañales, y la experiencia es peor si cabe en un ordenador.

Cualquier cosa es más completa que Metro: esta interfaz es la simplicidad llevada al máximo nivel, el resultado de esto son aplicaciones incompletas, faltas de opciones por todos lados, que no nos dejan hacer casi nada a excepción de las cosas más básicas. Una versión web de un servicio o una aplicación de iPad es infinitamente más potente que senda versión en Metro. Pero es que estamos en un ordenador de escritorio, ¡esto no se puede consentir!

La Windows Store, un caos

Captura de la Windows Store

Si nos quejábamos de Google Play por el caos de aplicaciones, la Windows Store no se queda lejos. A diferencia de Android, aquí hay muchas menos aplicaciones, pero la proporción de basura es muy superior. Al final nos encontramos con cualquier cosa menos lo que buscamos, aplicaciones no oficiales situadas por encima de los clientes oficiales, aplicaciones que prometen el oro y el moro a precios desorbitados que simplemente son un navegador incrustado (para Facebook las hay a decenas), etc.

Además, algo tan simple como buscar dentro de la tienda estaba escondido en Windows 8. ¿Quién puede entender que en una tienda de aplicaciones esté escondida la función de búsqueda? Por suerte en Microsoft son unos lumbreras y en Windows 8.1 lo han corregido… ¡Menos mal!

La basura que dejan las aplicaciones sigue ahí

Aplicaciones que dejan basura

En Metro, en principio eliminar una aplicación es tan fácil como darle a desinstalar, en cuestión de instantes la aplicación desaparecerá por arte de magia. No sabemos si dejará residuos, pero aparentemente no, pues el método de desinstalación es muy similar al de iOS, con aplicaciones en sandbox.

Sin embargo, en el escritorio clásico de Windows desinstalar aplicaciones sigue siendo un desastre, dejando restos por todos lados, carpetas fantasma, servicios que no se borran bien, y un largo etcétera de cosas que van ralentizando nuestro sistema día a día. A la hora de instalar las cosas no mejoran, y rara es la aplicación que no nos invita a instalar un buscador, una barra de tareas para el navegador o no se qué cosas más. Basura everywhere.

Aún hay interfaces residuales de Windows 95 y Windows XP

Propiedades de disco

Así me quedé yo: de piedra. Cuando te pones a instalar un driver y se están copiando los archivos, aún aparece la carpetita que lanza hojas de papel de izquierda a derecha de Windows XP. Pero la cosa no mejora si nos vamos al explorador y le damos a mostrar información de un disco, ya que la gráfica que nos muestra la cantidad de espacio usado y restante es la que Microsoft estrenó en Windows 95. 18 años después ahí sigue inalterada, con los mismos rabiosos colores fucsia y azul eléctrico.

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Pues bien, hasta aquí llegamos con esta entrega donde os cuento cuales han sido mis pequeñas pesadillas usando Windows 8, donde vemos qué es lo más negativo del nuevo sistema operativo de Redmond, y algunos aspectos negativos en los que sigue siendo genuinamente Windows. En el próximo artículo os contaré aquellas cosas que me siguen pareciendo a título general superiores en OS X.

Archivado en Interfaz, Metro, OS X, Sistemas Operativos, Windows 8
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